viernes, 7 de junio de 2013

HOMENAJE A ESTHER WILLIAMS


 Es noticia actual el fallecimiento de un icono de la sincro, Esther Williams.
Mi generación  tiene muy grabada en la memoria las míticas escenas acuáticas de sus películas de los años 50-60.  Me atrevo a afirmar que mi impulso llevado a la práctica creando un club de sincro en Oviedo, tiene un remoto origen en una ensoñación de la infancia con las imágenes de "Escuela de Sirenas".

Ahora que estamos despegando , creando afición por un deporte minoritario y dándolo a conocer, creo oportuno  destacar que Esther Williams además de realizar coloridas películas con espectaculares coreografías acuáticas, fue una gran deportista.  Hoy nos acercamos más a ella gracias a su presencia en los medios de comunicación:   en el periódico El Comercio de este viernes, dedicando la página completa de la contraportada a esta figura, se destacaba que marcó récords nacionales en natación y hubiera participado en las Olimpiadas que a causa de la Segunda Guerra Mundial no llegaron a celebrarse.

Es un hecho, que si bien la natación sincronizada se inició en Canadá en los años 20, y fue en 1968 cuando la FINA la reconoció   como modalidad deportiva junto a natación saltos y waterpolo, las películas de la mítica actriz son las responsables de su difusión popular.

Resumiendo, destacar que ESTHER WILLIAMS FUE GRAN DEPORTISTA como faceta esencial y previa a sus llamativas películas.

En el libro  El Agua o la Vida de Gemma Mengual, hay un párrafo  (tercer capítulo pág 23, ed.B 2013) que merece la pena transcribir literalmente por la idea que también intento transmitir con estas lineas de blog:
"Es curioso el modo en que durante muchos años una disciplina  tan dura y exigente se podía relacionar con una imagen tan inocente e irreal como la de las sirenas. O con la de las bailarinas de las películas de Esther Williams.  Yo no soy actriz ni bailarina, soy deportista.  Nosotras no somos sirenitas, somos atletas".

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